Em suas memórias (El enigma del oficio. Memorias de un agente literario), Guillermo Schavelzon fala do dia em que deu, como adiantamento para publicação de um original (Responso, seu primeiro romance), 500 dólares para Juan José Saer. Uma semana depois, Saer reaparece pedindo mais - diz que perdeu tudo no jogo. O detalhe é que, na primeira aparição, Saer disse que precisava do dinheiro naquele dia, impreterivelmente, pois no dia seguinte pegaria o navio que o levaria para Paris:
A la mañana siguiente, vuelve a asomar Saer por el agujero del suelo, y me dice que había perdido todo el dinero, y que como esa tarde salía su barco, necesitaba algo más.
No recuerdo qué le contesté, aunque desde mi ingenuidad seguramente pensé en un asalto, un robo, un accidente. Él fue sincero: lo había perdido jugando a las cartas. No entendía cómo alguien podía jugar con el dinero que necesitaba para viajar, no entendía lo que era un jugador y, claro, no había leído Responso, la novela sobre un jugador compulsivo. (p. 36).
Nenhum comentário:
Postar um comentário